Pese a su nombre la salsa holandesa no es de Holanda sino oriunda de Francia, su elaboración tiene un alto grado de dificultad ya que precisa de controlar la temperatura para conseguir la textura adecuada, así que es recomendable contar con un termómetro para su elaboración.
Ingredientes
- 50 ml de agua fría
- 10 ml de vinagre de vino blanco
- 125
gramos de mantequilla clarificada
- 2 yemas de huevo
- Unas gotas de zumo de
limón
- Bayas de pimienta blanca
- Una pizca de sal.
Preparación
1- Poner un cazo pequeño de fondo grueso a fuego lento con el
agua, el vinagre y la pimienta machacada, deja cocer hasta que el volumen
reduzca a la mitad, después retirar del fuego y dejar enfriar.
2- Cuando se haya enfriado añadir las yemas y volver a poner al
fuego muy bajo, remover con unas varillas constantemente mientras adquiere
temperatura y emulsiona, procura que la temperatura no supere los 65º C. En
unos diez minutos la crema se verá lisa, entonces retirar el cazo del fuego
y agregar la mantequilla clarificada poco a poco mientras se remueve con las
varillas sin parar.
3- Pasar la salsa por un colador chino y finalmente añadir el
zumo de limón (cantidad al gusto).
Servir enseguida, la
salsa holandesa debe servirse tibia, y no se recomienda recalentarla.
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